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No sé si tú también lo estás notando. Vuelvo a tener la sensación de estar en un momento donde hay muchas personas crispadas, irritadas alrededor de la situación política actual unido a la situación general social y económica. Y es que hay muchos elementos que dan aire a la llama y cada vez está más y más alta. Esto nos afecta mucho a nuestra salud mental y eso que todavía no hemos tenido la reunión familiar de Navidad que no quiero ni imaginar este año algunas cenas.
Por eso, hoy, antes de que llegue ese momento quiero hablaros de cómo afecta esta crispación a nuestra salud mental y cómo podemos gestionarlo.
Y comienzo con la ciencia.
Fíjate, hace algo menos de un año, la Universidad de Nebraska-Lincoln, realizó en eeuu una investigación sobre el coste físico y emocional de seguir y participar en el discurso político. Sus conclusiones eran significativas:
- 4 de cada 10 estadounidenses les genera estrés la política
- 2 de cada 10 vieron dañadas sus amistades
- 4 de cada 10 reportaban deterioro de su salud mental, hablamos de depresión e incluso de pensamiento suicidas.
Evidentemente estaría fantástico tener datos de nuestra población. No sé en qué grado estaríamos, pero de igual manera seguro que veríamos que el clima político afecta a nuestra salud mental.
Y es que la política nos afecta colectiva e individualmente y esto nos toca tanto como para enfadarnos con una amistad o sentirnos más estresados.
A nivel individual la política golpea en una de nuestras emociones más básicas, el miedo y también en uno de nuestros aspectos que más nos cuesta construir a lo largo de la vida, nuestra identidad.
En la parte colectiva, las tensiones, hostilidades y la naturaleza de adversidad de los entornos políticos polarizados, por lo general nos llevan a un aumento del estrés, la ansiedad e incluso la depresión.
A medida que las personas se alinean con ideologías políticas particulares, la mentalidad de «nosotros versus ellos» resultante puede crear un sentido de alienación y conflicto.
Pero si el clima es el que es ¿cómo podemos gestionar estas situaciones?
Pues la respuesta está en la misma pregunta. Y me explico.
El clima político es el que es y seguramente no tenemos capacidad de cambiarlo. Lo que sí podemos cambiar es cómo lo gestionamos cada uno de nosotros.
Comencemos siendo conscientes de los impactos directos de “consumir” política en exceso o sin filtro.
Bombardeo de lenguaje negativo
No podemos subestimar el impacto psicológico de estar constantemente expuesto a un lenguaje confrontativo. Este tipo de lenguaje provoca una atmósfera de negatividad y desconfianza y puedes encontrarte internalizando estas emociones negativas.
Ruptura de la cohesión social
¿Has presenciado últimamente encontronazos entre amigos, familiares y colegas por la política? Seguro que más de uno. Esto en ocasiones se lleva a tal extremo que dejamos de juntarnos con esas personas porque nos sentimos incómodos y nos unimos a los que piensan en tema político como nosotros. Ahí nos sentimos bien, apoyados.
Pero esto nos trae un tema de fondo y es la poca aceptación y comprensión de las diferencias ideologías. Nos cuesta promover un dialogo basado en la exposición tranquila, razonada, abierta. En muchas ocasiones parece que estamos más librando una batalla a vida o muerte. Queremos llevar la razón sin atrevernos ni siquiera a intentar empatizar con la postura de la otra persona. Parece que nos de miedo decir “en eso llevas razón” porque no vaya a pensar que “me ha ganado” ideológicamente hablando.
La polarización política fractura la cohesión y nos aleja de la unidad.
Nos afecta incluso con un consumo pasivo
Recuerdo cuando en mi casa por la mañana se leía el periódico y se veía las noticias a medio día mientras comíamos porque era “el momento de hacerlo”. Luego ya te olvidabas y te dedicabas a tus cosas.
Hoy vivimos inmersos en un consumo constante de información. Incluso de manera pasiva, sin que sigas ninguna cuenta en concreto, sin ver la televisión o escuchar cadenas de radio, es imposible escapar del bombardeo político. Memes, videos, tweets,…..la información política en la sociedad digital actual es interminable y constante. Esto nos lleva a estar expuestos incluso de forma involuntaria a información polarizada, negativa, sensacionalista y emocionalmente cargada.
La posible dependencia al consumo activo de información política
Pero si eres de los que consumen de manera activa y compulsiva puede ser que estés teniendo un comportamiento que tiene elementos similares a una adicción. Observa diciéndote verdad, si eres de los que dedicas un tiempo desproporcionado a seguir noticias, debates, información en redes. Observas si cómo abordas el consumo de política te está afectando a otros aspectos de tu vida o si estás buscando constantemente validación o confrontación a través de plataformas de redes sociales. Estas actitudes podrían compararse con la búsqueda de gratificación asociada con las adicciones.
Así que fíjate que de impactos tiene el exceso de crispación, el exceso de información y el exceso de política.
¿Qué podemos plantearnos ante este clima?
Como decíamos antes, en nuestra mano está lo que podemos hacer para cambiar nuestro comportamiento ante estas situaciones.
Te voy a dejar una serie de puntos que tal vez te hagan replantearte algunos cambios y reducir el nivel de estrés, ansiedad, impotencia, desilusión o fatiga emocional que pueda estar contribuyendo este aspecto en concreto.
Consumo autoresponsable y consciente
Entiendo que puede haber muchas personas que quieran sentirse informadas de lo que está sucediendo en nuestro país, pero de ahí a dejar el grifo abierto y que entre en nuestra cabeza todo tipo de información hay un abismo.
Haz un ejercicio consciente de cómo quieres consumir o informarte.
El medio que elijamos puede tener un impacto significativo en cómo se percibe y se procesa la información.
- La televisión combina imágenes, música y la entonación que ponga el presentador con la noticia, lo que sin duda puede intensificar la respuesta emocional que tengamos influyendo en cómo percibimos ese evento. Además, ten en cuenta que por lo general estarás más de 30 minutos escuchando demasiadas “malas noticias”.
- Las redes sociales suelen ser una bomba de relojería. La inmediatez y espontaneidad del medio nos suele volcar opiniones que en muchos casos intensifican las reacciones y polarizan la opinión y que sin duda van dejando huella en nuestras propias emociones, subiendo nuestro nivel de enfado y desesperación. Y además ten muy en cuenta que la brevedad del mensaje dejará de lado el contexto.
- La prensa escrita tiende a ofrecer información más detallada y contextualizada y nos permiten entender mejor. Evidentemente tienen un tono editorial que utilizará matices y detalles que influirán en la comprensión.
- La Radio y podcast, son medios que utilizamos por lo general mientras hacemos otras tareas como conducir o hacer otro tipo de trabajos, lo que puede influir en la atención. Además, estos medios están sujetos a la entonación y puesta en escena del interlocutor.
Por otro lado, una manera efectiva de manejar estar informados de una forma saludable sin que nos afecte a nuestra salud mental es distinguir entre la información rápida del día a día y los reportajes más extensos.
La información diaria, que a menudo se presenta de manera breve y rápida, puede tener un impacto emocional inmediato. Para equilibrar esto, es útil reservar tiempo para acceder a contenidos más elaborados y detallados. Estos reportajes suelen proporcionar un contexto más amplio, análisis profundo y múltiples perspectivas sobre un tema.
Incluso puedes proponerte una abstinencia de información temporal. Como una cura. Alejarte por un tiempo de estar informado, aunque como ya hablamos antes es casi imposible si tienes Smart phone hacerlo del todo. Pero dejar de ver redes y medios seguro que te hará reducir la tensión y por experiencia propia te diré que es muy recomendable.
Educación y Pensamiento Crítico
Nuestras creencias políticas a menudo se forman en base a la educación recibida y el entorno en el que crecemos. Hemos nacido en una familia con unas ideas políticas, morales, éticas, religiosas, con unas vivencias determinadas…y con ello nos hemos educado y criado y esto forma muchos de nuestros pensamientos. Al igual que otra persona tendrá otros pensamientos determinados por otro entorno, otra educación y otras vivencias familiares.
Pero es fundamental que fomentemos nuestro pensamiento crítico para cuestionar y evaluar nuestras creencias de manera reflexiva.
Que nuestra familia, nuestros abuelos, hayan pasado una determinada situación no significa que tengamos que llevar un estigma sobre un pensamiento para siempre.
Podrías hacerte preguntas del tipo ¿Cómo influye mi entorno en mis creencias políticas? ¿He investigado a fondo las políticas que respaldo?¿Estoy abierto a escuchar y comprender otros puntos de vista?¿En qué medida mi identidad influye en mis creencias políticas?¿Soy “x” por no darle la razón a “y”? ¿Cómo han evolucionado mis creencias a lo largo del tiempo?
Gracias a dios el mundo evoluciona y nuestro pensamiento y momento de vida también. La capacidad de analizar información de manera objetiva puede ayudar a desarmar tensiones y facilitar un diálogo más constructivo. Y recuerda que escuchar y comprender otras ideas no significa que las tengas que adoptar.
Por otro lado, y unido al pensamiento crítico, es muy útil tomar distancia de la situación, del entorno o la inmediatez. Muchas veces en un entorno de adversidad y comunicación infatigable, tendemos a pensar que es “el fin del mundo”, “el fin de nuestra vida cómoda”, “el fin de la libertad”…Hacerte preguntas con respecto al posible impacto que pueda tener ese suceso o decisión te hará rebajar tu ansiedad.
Te propongo algunas, pero seguro que puedes encontrar muchas más. ¿Ha habido en el pasado situaciones similares a esta? ¿Qué ha sucedido o qué impacto ha tenido?¿Estamos exagerando la magnitud del impacto potencial? ¿Existen grupos o individuos que se beneficiarían al exagerar el impacto de la situación? ¿Es posible que haya intereses creados en la promoción de ciertas perspectivas? ¿Es posible que haya un rango de impactos, y no solo uno extremo? ¿Cómo pueden mis propios sesgos cognitivos influir en la percepción del impacto? ¿Estoy siendo objetivo en mi evaluación?
Asertividad en la Expresión de Ideas
Pero lógicamente y por suerte para la riqueza cultural, no todos tenemos que pensar igual, existe la libertad de expresión y poseemos valiosas herramientas como el asertividad para contrarrestar el impacto negativo del clima político en nuestra salud mental. Expresar nuestras opiniones de manera respetuosa y sin dañar a los demás, promueve un intercambio de ideas más saludable. La clave está en comunicarnos de manera clara, pero siempre desde una posición de respeto mutuo.
Respeto por la Diversidad de Opiniones
El respeto por la diversidad de opiniones es fundamental y más para no seguir avivando la llama de la fogata que hablábamos al principio.
Seguramente te podrás encontrar con personas que no sepan expresas sus argumentos de una manera intelectual o bien desarrollada, sin embargo, reconocer que cada persona tiene sus propias experiencias y perspectivas contribuye a un diálogo más enriquecedor. Practica la empatía y busca entender los puntos de vista diferentes al tuyo, esto fortalecerá la conexión y reducirá las tensiones innecesarias.
Recuerda que esto no es una batalla, recuerda que estás hablando con otra persona que simplemente tiene otro punto de vista sobre un tema determinado. Punto de vista que, por cierto, con una mente abierta puede hacer enriquecer el tuyo. Incluso puede que encuentres puntos en los que sí estes de acuerdo. No tengas miedo a reconocerlos. Esto te hará empatizar y progresar.
En definitiva
En la parte más individual, no te dejes llevar por el entorno de abuso de información, busca un consumo consciente, decide tú qué, cuánto y cómo. Ten una mente abierta y crítica con tus propias creencias y tu momento actual.
Y en la parte social prioriza la apertura de mente y busca promover estrategias como escuchar activamente, dialogar respetuosamente y cultivar la empatía.
Si nos enfocásemos en una cultura de comunicación que valore el respeto mutuo, la validación emocional y el intercambio constructivo de ideas todos nos sentiríamos más escuchados, valorados y queridos y por tanto emocionalmente seguros, lo que respalda nuestro bienestar mental.
Plantéate extender esta práctica de una comunicación pacífica al ámbito digital promoviendo el ser civilizado, la empatía y un discurso basado en hechos. De esta manera contribuirás a generar un entorno digital más positivo. Eso sí, ten en cuenta las características de comunicación de cada medio ya que en el entorno digital se pierden en muchas ocasiones la percepción de contexto, emociones, sutilezas o empatía.
Por último, hay millones de temas interesantes que podemos compartir con nuestra familia y amigos. No te centres sólo en uno, ni dejes que se monopolice la reunión con un único tema.
Lo importante cuando nos sentamos alrededor de una mesa tan especial como puede ser la de Navidad, es recordar la conexión que tenemos como seres humanos. Recuerda todo lo que nos une, todas las cosas que seguro tienes en común con esa persona. No te centres en lo que te aleja, céntrate en lo que te acerca y disfruta de la suerte de compartir ese momento.

Sara Amores
Coach Ejecutiva por la UAH, Health Coach por IIN e Instructora MBMAC