Artículo

From lost to the river

20/11/2023 - Sara Amores

Escucha aquí la entrada.

Llega la Navidad

Estamos muy cerca de las celebraciones de Navidad. Llevamos ya un mes con los turrones en los supermercados y ya están dando el pistoletazo de salida de cenas, comidas y fiestones para celebrar el final de año.

Lo que hace algunas décadas eran 4 o 5 encuentros familiares, ha pasado a ser en el mejor de los casos 6 o 7 y seguro que muchos de los que estáis leyendo o escuchando os encontráis en más de 10 celebraciones entre familia, amigos, compañeros de trabajo o el grupo de antiguos alumnos de…

Es una época complicada para los que buscamos y llevamos tiempo cuidando nuestra alimentación.

Por eso quiero hacer una pequeña reflexión para que no se nos vaya de las manos y podamos disfrutarlo.

Déjame que te ponga en contexto.

Has quedado con unos amigos a cenar el viernes por la noche, has estado a tope toda la semana y estás deseando pasártelo bien.

Llegas a la cena. Tus amigos empiezan a pedir entrantes como si no hubiera un mañana. Llevas tiempo cuidándote la alimentación y no quieres “PECAR” (normalmente lo sueles llamar pecado). Aguantas como si estuvieras debajo del agua sin respirar y de repente, después de una lucha interna a muerte, tu mano, que no tú, coge una patata frita. No, no puede ser¡¡¡ qué horror después de tanto tiempo. Estas un rato torturándote por haberlo hecho, pero tu mano, que no tú, como si de un autómata se tratara, despacito y discretamente para que tu cabeza no se entere, va a por otra y de repente parece que necesita más movimiento y finalmente tu mente dice una frase sentenciadora…from lost to the river…

Y desde ese momento tu cabeza hace puuuufffff, el objetivo de tu mano se amplía y acabas con las croquetas, el jamón con pan, las dos copas de vino y todo lo que haya por delante, ah! Y finalizando con un postrecito lleno de azúcar.

Llegas a casa con bastante remordimiento, pero piensas… “no pasa nada, esto ha sido puntual, lo tengo absolutamente bajo control”.

Y ¿es así?

En realidad, puede que vuelvas a tener esa misma situación, en la siguiente comida de empresa o el siguiente fin de semana, o en dos, o…

¿Qué es lo que ha pasado?

Tus dos amigos el elefante y el guerrero

Paramos un segundo y déjame que te hable de dos amigos que viajan con nosotros.

El elefante

Representa en nuestro cerebro la parte más ancestral, es la parte que Mac Lean llamó “cerebro reptiliano”, no todos los científicos están de acuerdo con esta representación, pero a nosotros nos sirve para entenderlo y visualizarlo mejor. Esta parte es la que hace referencia a esos comportamientos más instintivos, que se centra por un lado en las actividades más básicas de la supervivencia, las emociones, además de las funciones autónomas como la respiración y el latido de nuestro corazón.

Y entre otras cosas, se encarga de buscar el placer y las sensaciones que nos resulten agradables.

Son respuestas directas, reflejas e instintivas. Y esto es importante que lo entendamos y lo asumamos porque esto es así con un objetivo, asegurar la supervivencia y por tanto la continuidad de la especie.  Por eso este reflejo es realmente potente.

 

El guerrero

Este guerrero está situado en la corteza prefrontal y juega un papel clave en la toma de decisiones.

Evalúa las diferentes opciones, tiene esa visión a largo plazo y ve qué implicaciones tiene, controla los impulsos e integra para esa toma de decisiones tus emociones y tus valores.

La corteza prefrontal desempeña un papel crucial en la toma de decisiones, especialmente en aquellas que implican la evaluación de diferentes opciones y la consideración de las consecuencias a largo plazo.

Ahora que conoces a nuestros dos amigos, hagámonos de nuevo la pregunta ¿   qué ha ocurrido en esa comida donde te has dejado acunar por los brazos de la satisfacción momentánea?

Ahora seguro que entiendes mejor esta frase.

Que tu elefante se ha desbocado y tu guerrero no ha sabido dirigirlo.

Indaguemos en nuestro comportamiento para decirnos verdad

Y para profundizar hagámonos algunas preguntas.

  1. En primer lugar, pregúntate si, antes incluso de llegar a la cena, tú ya te habías dado permiso para que sucediera eso. Igual no ha sido un pensamiento detenido, simplemente un fogonazo, algo casi imperceptible.
  2. Seguramente luego te has puesto un gorro. Pero ¿por qué me hablas ahora de gorros?¿A qué te refieres? Pues a esos que te los pones en la cabeza con un rol determinado y te lo acabas creyendo al 100% como por ejemplo.
    • Gorro tengo una excusa perfecta
    • Gorro cómo me puede pasar esto a mí
    • Gorro he trabajado tanto que me lo merezco
    • Gorro qué pensarán si le digo…
    • Gorro Va!!! Mañana de verdad que lo hago perfecto
  1. Una vez llegados a este punto te dejas llevar por la situación.

 

Y que pasa, ¿no puedo dejarme llevar? Por supuesto que cada uno decidimos lo que queremos hacer en cada momento y eso es perfecto.

El tema es que, durante este proceso, tu decisión no ha sido consciente, o al menos no coherente. Tu cabeza te decía TENGO que seguir cuidándome (y digo tengo y no quiero) y tu emoción te decía, QUIERO tener un descanso.

Por experiencia en los acompañamientos que realizo, si esto es una situación aislada, bien, no pasa nada.

Pero como te decía, a nuestra mente le damos la mano y la vez siguiente te coge hasta la muñeca, luego el codo y finalmente te coge todo el brazo.

La sensación que nos da esto es de ir perdiendo batallas y finalmente la guerra y eso es lo que no queremos que suceda ¿verdad? Que después del foco que has puesto, después de estar convencido que una vida saludable es la mejor opción, después de sentir toda la energía que puedes llegar a sentir cuando te cuidas, abandones todo y vuelvas a la casilla de salida.

Entonces ¿cómo podría haberlo hecho?

Lo primero y como siempre, escuchando a tu cuerpo. ¿Necesitas un descanso? Planifícalo. Que sea tu guerrero el que lleve al elefante.

Por ejemplo, hoy voy a salir con amigos. Llevo tiempo cuidándome y me apetece tener una comida libre. ¿qué va a significar libre para mí?

Una opción puedes ser: Voy a elegir tomar una copa de vino, la comida principal, pero sin pan y no tomaré postre.

Pero también puede ser, libre es libre. Lo que me apetezca o hasta reventar.

Lo que tú decidas…pero decídelo.

De esa manera te permitirá volver a tu objetivo sabiendo que tienes alineado tu cuerpo, tu mente y tu emoción.

Si aun así tu proceso no ha sido tan meditado, entonces, no te sientas culpable y aprende de la situación ¿cómo me gustaría hacerlo la próxima vez?

Si aún así no lo consigues, busca ayuda cuanto antes. Ya sea alguien de tu confianza, un profesional, un grupo de apoyo. No estoy hablando de no controlar una temporada corta, me refiero a cuando notas que vas perdiendo fuelle para retomar la gestión de tu vida saludable y estás al borde de tirar la toalla. No lo hagas. No sabes lo importante que es vivir de manera saludable y más, de cara a tu vejez.

Como siempre os digo, la vida no es una línea recta, y lo importante es tener las herramientas para volver a tu equilibrio.

Sara Amores - Autor
Autor

Sara Amores

Coach Ejecutiva por la UAH, Health Coach por IIN e Instructora MBMAC

Gooder
Abrir Chat
1
¿Necesitas ayuda?
¡Hola! 👋 ¿Cómo podemos ayudarte?