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¿Cómo afecta la obesidad a la salud?

09/11/2020

La OMS define la Obesidad y el Sobrepeso como la “Acumulación anormal o excesiva de grasa que puede llegar a ser perjudicial para la  para la salud”. Esta «anormalidad» ya está considerada como una enfermedad crónica de tendencia epidémica en el mundo.  

Sobrepeso y Obesidad

La lucha contra el sobrepeso y la obesidad, constituye uno de los retos más difíciles en salud pública hasta ahora, sobre todo en países desarrollados. Y comienza a ser un problema de primer orden en los países en vías de desarrollo. Un problema mundial, excepto en algunas partes de África subsahariana y Asia. 

Para diferenciar los casos de sobrepeso y obesidad en los adultos se utiliza e índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).   

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Clasificación de sobrepeso y obesidad según la OMS

De esta manera la  OMS define el sobrepeso y la obesidad  en la población adulta de la siguiente manera:  

  • sobrepeso: IMC igual o superior a 25. 
  • obesidad: IMC igual o superior a 30. 

Como vemos es una medida sencilla y válida en términos generales, aunque no considera aspectos como la diferente composición corporal (músculo/grasa) en los sujetos. 

Según las últimas publicaciones de la OMS en Abril de 2020: 

  • Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. 
  • En 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos, es decir el 39% de las personas adultas tenían sobrepeso, y el 13% eran obesas. 
  • La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que el bajo peso por desnutrición 
  • En 2016, 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos.

Obesos en España

En España, según el estudio ENPE publicado en 2016, el 39,3% de la población tiene sobrepeso; y un 21,6% obesidad (22,8% en hombres y 20,5% en mujeres), estas cifras que aumentan con la edad. Un reciente estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona hace un pronóstico aterrador para el 2030: habla de que podría haber en España un 80% de hombres y un 55% de mujeres obesos

Obesidad y Covid

Miguel Ángel Martínez-González, epidemiólogo español, catedrático de Harvard y asesor en nutrición y salud pública de los Obama, insiste en que los problemas relacionados con el sobrepeso matan a más de cuatro millones de personas al año y establece la pandemia de la obesidad, por ese motivo. peor que la actual del coronavirus. 

Ahora, además, ya empiezan a conocerse datos que relacionan la obesidad como un factor clave a la hora de presentar mayor vulnerabilidad ante la infección por Covid 19. Existe mayor riesgo de padecer síndrome respiratorio agudo severo por obesidad puesto que existe: 

  • Disminución de los volúmenes pulmonares. 
  • Aumento del trabajo respiratorio. 
  • Aumento del consumo de O2 y la producción de CO2.
  • Respuesta inmune alterada por mayor producción de citoquinas proinflamatorias, por lo que el proceso inflamatorio que sirve en un principio para reparar, se alarga en el tiempo produciendo la peligrosa pero silenciosa inflamación da bajo grado. 

Obesidad y Síndrome Metabólico

La obesidad afecta negativamente a la salud global, y se asocia a otros factores como son la Diabetes 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y dislipemia, conformando así el cuadro de lo que comúnmente se denomina Síndrome Metabólico. Esto es, la obesidad de por sí, raramente se manifiesta sola

Hoy en día sabemos que este Síndrome Metabólico se desencadena como consecuencia de la resistencia a una hormona producida en el páncreas, la insulina cuyo papel en las enfermedades crónicas humanas, entre las que se incluye la obesidad, se puso de manifiesto en 1988, no hace tanto, gracias a la aportación del Dr Gerard Reaven . 

La insulina y la obesidad

Nuestro sistema hormonal es el que da las órdenes a nuestro cuerpo para que ejecute acciones y la insulina es la hormona reguladora clave del metabolismo energético puesto que:

  • Se libera por las células beta en el páncreas de manera natural cuando comemos.
  • Una de sus principales funciones es hacer de llave para posibilitar la entrada de la glucosa de los alimentos en las células, para que puedan obtener energía. 
  • Reducen asimismo la toxicidad que podrían suponer niveles anormalmente altos y crónicos de glucosa en sangre.
  • Así la insulina ayuda al músculo, a las células del tejido adiposo y al hígado a absorber la glucosa del torrente sanguíneo.  

¿Qué ocurre cuando hay un exceso de glucosa?

Pues que será almacenada de diferentes formas. 

  • Una parte irá en el músculo o en el hígado, en forma de glucógeno, y cuando estos depósitos se superan. 
  • El resto lo hará en forma de grasa como grasa visceral, es decir, alrededor de los órganos. Entre otras la conocida grasa abdominal, como grasa subcutánea (bajo la piel) o en el hígado (hígado graso).
El gran problema de la resistencia a la insulina

Cuando la ingesta calórica es desproporcionada y contínua, sobre todo de carbohidratos (sólo la grasa no afecta a los niveles de glucosa), la insulina tiene que forzar el llenado de glucosa en las células, y para ello se necesita cada vez más insulina para realizar el mismo trabajo. Estamos poco a poco generando una resistencia a la insulina en nuestro organismo. El precursor de la llamada Diabetes 2.

El cuerpo se está defendiendo de la ingesta hipercalórica contínua con el fin de proteger a las células de la inflamación y la ganancia de peso por el exceso de nutrientes. Si seguimos comiendo así, la grasa que se almacenará lo hará, no en el tejido subcutáneo, sino en el hígado básicamente y en el páncreas, llevando incluso a una destrucción de las células beta productoras de insulina

La hiperinsulinemia y la resistencia a la insulina significan que el cuerpo no va a recibir las señales bioquímicas que modulan efectivamente la liberación de insulina y los niveles de glucosa y de acumulación de grasa. Estos niveles seguirán así en aumento, con las implicaciones patológicas derivadas de esta situación. Como por ejemplo

  • Hiperglucemia.
  • Diabetes tipo 2.
  • Aumento de ácido úrico en sangre (gota).
  • Aumento de triglicéridos en sangre.
  • Aumento partículas LDL oxidadas.
  • Hipertensión Arterial. 
  • Hiperactivación del sistema simpático. 
  • Aumento proteínas pro-coagulantes (trombosis).
  • Síndrome de ovario poliquístico. 
  • Disminución de fertilidad. 

La Sociedad de la Opulencia 

Por todo lo anterior concluimos que la obesidad y el resto de patologías asociadas al Síndrome Metabólico son consecuencia del estilo de vida y alimentación de hoy en día. La correspondiente a la llamada sociedad de la opulencia en la que: 

  • comemos más de lo que necesitamos en términos de energía, 
  • estamos sobre expuestos a la comida durante las 24h del día, 
  • los niveles de actividad física no son los suficientes para el gasto energético que podrían equilibrar dicha ingesta,  
  • y en la que la comida ultraprocesada rica en aceites vegetales, harinas refinadas y azúcares hiperpalatables y con gran proporción de calorías vacía carentes de nutrientes sólo nos hacen comer más.

Estos alimentos ricos en grasas malas, azúcares y sal suelen además estar asociados a alimentos gatillo como dulces, bollería, chocolate, patatas fritas y rebozados que de manera inmediata activan los mecanismos de placer y recompensa en el cerebro que los utiliza como herramienta para paliar situaciones emocionales tales como el miedo, la ansiedad, el estrés, la celebración incluso el aburrimiento. 

Una sociedad desconectada e intoxicada por tanta información 

En nuestra sociedad actual hemos pasado poco a poco a desconectarnos de las sensaciones físicas que nos proporcionan el hambre y la saciedad. Éstos deberían ser los principales motores para determinar la calidad y la cantidad de nuestra ingesta. Actualmente nos guía, en la mayoría de las ocasiones, de un elemento más emocional. Hablamos de una sociedad que come entonces atendiendo a un Hambre Emocional:

  • Es una hambre repentina que no podemos aplazar.
  • El deseo suele ser de un alimento concreto como decíamos rico en grasa, azúcar o sal.
  • Cuando empezamos a comer no sabemos cuándo parar.

La industria alimentaria no ha ayudado con el desarrollo del mundo de los ultraprocesados carentes de nutrientes de calidad, que paradójicamente han fomentado mensajes del tipo “hay que comer todo con moderación” “consumo responsable”, usando éstos como estrategia para exculpar sus productos y poniendo el énfasis en “el estilo de vida “ y que comer de todo es posible con unos “hábitos de vida saludables”. O que el problema realmente es la falta de ejercicio y que una caloría es una caloría sin tener en cuenta el valor nutricional de los alimentos frescos y el efecto sobre el metabolismo de los productos ultraprocesados.

Todo esto inmerso en nuestra cultura de consumismo actual con propaganda brutal para consumir más, de comer más de lo que necesitamos y añadiendo la búsqueda gratificaciones en el corto plazo, acostumbrándonos a tener todo al alcance de la mano. 

«Bajo en sal», «light», «bajo en azúcar»

La población carece de información o por el contrario adolecemos de un exceso de desinformación. La legislación acerca del etiquetado nutricional es relativamente nueva. Se recoge en el Reglamento de la UE num1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, y permite declaraciones tales como “Bajo en sal” “Bajo en grasa” “Bajo en colesterol”, “Bajo en azúcar” “Sin gluten” “ enriquecido con “ “light”  “fitness” entre otros que no tienen que significar que sean sanos y llegan a confundir al consumidor. 

Se echan en falta medidas estructurales adoptadas por los gobiernos para hacer que lo más fácil sea elegir lo más sano, que tengan como foco de atención a la población y que permitan olvidar que hubo un momento en la vida en el que la preocupación por la OBESIDAD llegó a ser tal que incluso tenía un día internacional

¿Cómo combatir la Obesidad?

En Gooder te proponemos estos hábitos para luchar contra esta enfermedad.

  • Ayuda a regular tu insulina incremento ingesta alimentación con comida real, evitando ultraprocesados y dejando al menos 12 horas de ayuno.
  • Aprender a leer etiquetas. 
  • Reconectar con las sensaciones físicas de hambre y saciedad.
  • Aumentar la actividad y el ejercicio físico .
  • Incluir “la flexibilidad inteligente” en el que nos cuidamos el 80% de nuestras comidas y en el 20% tenemos mayor flexibilidad aunque manteniendo la conciencia de trabajar en nuestra salud. 

Quieres profundizar más 

  1. Datos de la OMS sobre sobrepeso y obesidad. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight#:~:text=Datos%20sobre%20el%20sobrepeso%20y%20la%20obesidad&text=En%202016%2C%20el%2039%25%20de%20los%20adultos%20de%2018%20o,de%20las%20mujeres)%20eran%20obesos 
  1. Obesidad y sus implicaciones para la mortalidad por COVID-19 

William Dietz1,  Carlos Santos-Burgoa2 

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32237206/

  1. Alta prevalencia de obesidad en el síndrome respiratorio agudo severo Coronavirus-2 (SARS-CoV-2) que requiere ventilación mecánica invasiva 

Arthur Simonnet#1,  Mikael Chetboun#2,  Julien Poissy1,  Violeta Raverdy2,  Jerome Noulette2,  Alain Duhamel3,  Julien Labreuche3,  Daniel Mathieu1,  Francois Pattou24,  Merce Jourdain12,  LICORN y el grupo de estudio Lille COVID-19 y Obesidad 

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32271993/

  1. COVID-19 y el papel de la inflamación crónica en pacientes con obesidad 

https://www.nature.com/articles/s41366-020-0597-4

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