Llevo años meditando y leyendo sobre meditación. He sido curiosa y probado diferentes técnicas. Como en toda práctica algunos métodos han encajado conmigo más que otros que incluso me han llegado a parecer “soporíferos”. Si eres de los que has querido probar porque alguien te ha dicho que era fantásitco y has dado con un formato de los que no encajaba contigo, no me extraña que seas de los que digas “para mí es imposible meditar” o “yo no puedo con la meditación” y dejes de intentarlo. Por eso hoy quiero que veamos algo más cómo hacerlo para que sea un beneficio para ti y no una tortura.
Nos fijamos tanto en el medio que se nos olvida el fin
Y es que en este mundo moderno nos fijamos a veces más en cómo queda la postura imposible de Yoga o lo bonito de una foto de alguien en la postura de loto meditando en mitad de un paraje idílico. A quién no le ha atraido esto, desde luego he de reconocer que me ha llamado mucho la atención seguir cuentas donde la postura era todo un reto. Pero creo que esto nos lleva a olvidarmos de lo fundamental y es el fin.
Para mí el fin de la meditación es encontrar la serenidad a través del autoconocimiento.
Es decir, nos olvidamos de lo superfluo para centrarnos en nuestro conocimiento y alcanzar la serenidad para lograr ver con perspectiva lo que nos sucede.
¿No te ha sucedido alguna vez que has reaccionado a una conversación con unos amigos en un tono alterado y luego te has arrepentido? o una decisión precipitada que has tomado con una emoción y un juicio cargado de tensión que con el tiempo has visto que podías haber hecho de otra forma.
No se trata de sacar el látigo y fustigarnos con esto, se trata de aprender y encontrar esos caminos que nos ayudan a tomarnos la vida de una manera más serena.
Serenidad: la Calma Interior
Si me dieran a elegir entre la felicidad o la serenidad lo tendría claro. Elegiría la serenidad.
La Serenidad representa tranquilidad y paz, es un estado del ser al que muchos de nosotros aspiramos alcanzar en nuestras vidas. En el caos de nuestro mundo moderno, encontrar serenidad dentro de nosotros mismos se ha vuelto cada vez más desafiante. Nuestra cabeza, nuestras agendas, nuestras imposiciones de cosas que «tenemos que hacer» o experimentar son cada vez más demandante.
Por eso, si queremos alcanzar la seranidad hablamos de realizar un esfuerzo consciente que, a través de algunas prácticas simples, puede ayudarnos a cultivar una sensación de calma interior que nos permita navegar por los altibajos de la vida con mayor facilidad.
Veamos algunas de ellas:
Disfruta de la Soledad
Una de las claves para alcanzar la serenidad es vivir la soledad. Tomarnos un tiempo cada día para desconectarnos del mundo externo y reconectarnos con nosotros mismos puede hacer maravillas por nuestro bienestar. Esto puede ser tan simple como encontrar un rincón tranquilo en nuestro hogar, cerrar los ojos y enfocarnos en nuestra respiración. 5 minutos en calma, aislado del mundo, pueden marcar una diferencia para lograr la serenidad, ya que nos ayuda a despejar la mente y centrar nuestros pensamientos.
El Poder de la Atención Plena
Otro aspecto fundamental de la serenidad es practicar la atención plena. La atención plena implica prestar atención al momento presente con una actitud de no juzgar. Al enraizarnos en el aquí y ahora, podemos cultivar una sensación de calma y aceptación. Es bastante más sencillo de lo que puedes pensar. Puedes participar en actividades como el yoga o caminar en la naturaleza o incluso saborear una taza de té, todo esto te ayudará a estar más presentes y fomentar una profunda serenidad.
Cuando practicamos la atención plena, nos volvemos más conscientes de nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas. Aprendemos a observarlos sin quedar atrapados en ellos. Esto nos permite responder a los desafíos de la vida con claridad y equanimidad, reduciendo el estrés y mejorando nuestro bienestar general.
La Importancia del Autocuidado
En nuestra búsqueda de la serenidad, es esencial priorizar el autocuidado. Cuidar nuestro bienestar físico, mental y emocional desempeña un papel significativo en nuestra capacidad de mantener la calma interior. Esto implica nutrirnos con alimentos nutritivos, hacer ejercicio regularmente y descansar lo suficiente.
Además, participar en actividades que nos brinden alegría y satisfacción es también crucial para nuestro bienestar. Ya sea dedicarnos a un pasatiempo, pasar tiempo con nuestros seres queridos o disfrutar de un ritual de autocuidado, participar en actividades que estén en línea con nuestras pasiones y valores puede ayudarnos a cultivar la serenidad. Al priorizar el autocuidado, podemos recargar nuestras energías y enfrentar la vida desde un lugar de fortaleza y estabilidad interior.
La Práctica de la Gratitud
Ya lo vimos en el artículo que publicamos sobre la gratitud es una práctica poderosa cuando se trata de encontrar serenidad. Tomarnos el tiempo cada día para reflexionar sobre aquello por lo que estamos agradecidos ayuda a cambiar nuestro enfoque de lo que nos falta a lo que tenemos. Este simple acto de gratitud puede elevar instantáneamente nuestro estado de ánimo y brindar paz a nuestros corazones.
Desarrollar una práctica de gratitud implica identificar tres cosas por las que estamos agradecidos cada día. Llevar un diario de gratitud o simplemente compartir nuestro aprecio con los demás nos permite cultivar una mentalidad positiva y profundizar nuestra sensación de serenidad. Al adoptar una actitud de gratitud, invitamos más abundancia y armonía a nuestras vidas.
Dejar Ir el Control
Uno de los mayores obstáculos para la serenidad es nuestra tendencia a tratar de controlar cada aspecto de nuestras vidas. Dejar de lado esta necesidad de control y abrazar la incertidumbre de la vida es crucial en nuestro viaje hacia la calma interior. Tratar de controlar las circunstancias externas solo conduce a la frustración y la ansiedad.
En cambio, podemos practicar la entrega y confiar en que la vida se desarrollará como debe ser. Esto no significa volverse pasivo o complaciente, sino adoptar una mentalidad de aceptación y adaptabilidad. Al soltar nuestra necesidad de control, nos abrimos al flujo de la vida y permitimos que la serenidad impregne nuestro ser.
En resumen
Serenidad, la calma interior, no es un destino sino más bien un viaje de toda la vida. Requiere un esfuerzo constante y un compromiso con el autocuidado y la introspección. Al abrazar la soledad, practicar la atención plena, priorizar el autocuidado, cultivar la gratitud y dejar ir el control, podemos encontrar serenidad dentro de nosotros mismos incluso en medio del caos del mundo exterior.
Recuerda que la serenidad no es la ausencia de desafíos, sino más bien un estado mental que nos permite navegar por las incertidumbres de la vida con paz y resiliencia. Cuando alcanzas ese estado de serenidad vives cada día de manera diferente y tan sólo la práctica nos llevará a ese estado. .

Sara Amores
Coach Ejecutiva por la UAH, Health Coach por IIN e Instructora MBMAC