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La impaciencia, característica de nuestra sociedad

20/02/2024 - Sara Amores

Hoy en día la gratificación instantánea es la norma y la paciencia se considera a menudo como una virtud del pasado, la sociedad moderna se debate con los contenidos de un pulso acelerado. La impaciencia aparece como un actor principal cuando decidimos, interactuamos y tal vez podríamos decir que fuera una mentalidad general.

Profundizaremos tanto en las causas como en las consecuencias de la impaciencia, y analizaremos cómo esta tendencia social afecta a nuestra capacidad de resistencia ante los desafíos y a nuestro bienestar mental. Pero no lo dejaremos ahí, sino que exploraremos pasos concretos para cultivar la paciencia en una cultura que da prioridad a la rapidez y la inmediatez.

El papel dominante de la impaciencia en la sociedad actual

La impaciencia se ha convertido en la reina suprema de nuestra sociedad, dictando los ritmos de nuestra vida cotidiana y dando forma a la manera en que las personas interactúan, trabajan y buscan la realización personal. Una forma de actuar que afecta desde la gratificación instantánea a la expectativa de resultados inmediatos, en la parte personal pero también en la gestión de las empresas. Esta impaciencia generalizada desafía a las personas a navegar por un mundo donde la espera y la satisfacción demorada son bienes cada vez más escasos.

¿Se ha convertido en una característica definitoria de la sociedad? Te pongo algunos ejemplos a ver si te resuenan en primera persona:

  • Que te incomode si el producto que quieres comprar no llega ese mismo día o al día siguiente.
  • Tener un dolor y priorizar y mantener una pastilla antes que una opción de vida saludable.
  • Que suene un mensaje que ha entrado en tu whatsapp y priorizarlo a lo que estés haciendo ya sea algo de trabajo o incluso si estás charlando con alguien e interrumpes tu conversación para darle paso a algo que ni sabes lo que es.
  • Juzgar que alguien ha recibido tu mensaje, te ha dejado en visto y no te quiere contestar, sin pensar que puede contestar en otro momento y que sólo significa que decide cuándo contestas.
  • Enfocar tu estrategia de empresa a tener los mayores resultados hoy en lugar de ver más a largo plazo.
  • Comenzar una alimentación saludable después de estar muuchooos años sin cuidarte y querer ver cómo la báscula va quitando números cuanto antes, frustrándote si esto no sucede así.
  • Elegir una serie que esté completa porque no quieres esperar a que salgan nuevas temporadas y la quieres ver de un tirón.

Resulta que nos hemos enfocado en la búsqueda constante de eficiencia y soluciones instantáneas y poco a poco la impaciencia se ha convertido en una característica de la sociedad contemporánea, alimentando una cultura que valora la rapidez y la inmediatez por encima de todo. Y por si fuera poco, vienen el progreso y los avances tecnológicos a echar más leña al fuego y ahora tenemos la presión por mantenernos al día, creando un ciclo de prisa e inquietud perpetua. Un mundo donde la información está a un clic y la comunicación se produce en tiempo real, la tolerancia a los retrasos y contratiempos disminuye, fomentando una mentalidad que exige resultados instantáneos y soluciones rápidas.

Las raíces de la impaciencia en la sociedad actual nos llevan a multitud de factores, desde los avances tecnológicos hasta las expectativas sociales. Esta cultura de la inmediatez no sólo da forma al comportamiento del consumidor, sino que también influye en la forma en que los individuos abordan las relaciones, el trabajo y los objetivos personales. Un ejemplo en la parte personal, si nos vamos a cuando encontramos una pareja ¿dónde quedó el cortejo, la espera, el ir conociéndote, el ir descubriendo poco a poco si le gustas o no a esa persona o descubriendo los interese comunes? El aquí te pillo aquí te mato se ha vuelto una práctica muy común en este aspecto de la vida. No es que todos lo hagan así, no, pero sin duda es una nueva forma de relacionarse con las nuevas aplicaciones.

La impaciencia surge como un arma de doble filo, por un lado, nos impulsa hacia el logro, pero a su vez va erosionando nuestra capacidad de resistencia y aguante.

Causas de la impaciencia

Veamos algunos de los factores que contribuyen al asentamiento de la impaciencia en nuestra sociedad.

Tecnología y gratificación instantánea

La omnipresencia de la tecnología ha influido significativamente en el ritmo de la sociedad, fomentando una cultura de gratificación instantánea. La comodidad de los teléfonos inteligentes, las plataformas de redes sociales y los servicios a la carta ha moldeado la expectativa de los individuos de obtener resultados y respuestas inmediatas dando forma a los comportamientos y expectativas de la sociedad.

Cómo por ejemplo cuando subimos una publicación a una red social y comenzamos a mirar con grandes expectativas si nos han puesto comentario o like.

Las redes sociales y las plataformas digitales han agrandado este problema, condicionando a las personas a buscar la validación para obtener esa gratificación inmediata, trasladando esta búsqueda a todos los aspectos de la vida.

La constante búsqueda de respuestas instantáneas y soluciones rápidas ha creado una mentalidad que valora la rapidez sobre la profundidad, la eficacia sobre la reflexión. Este enfoque genera impaciencia crónica, afectando la capacidad de enfrentar retos a largo plazo con perseverancia.

Cultura de la Inmediatez

Con la corriente constante de información al alcance de nuestra mano, hay una demanda creciente de satisfacción e inmediatez. Esta mentalidad impregna varios aspectos de nuestra vida, desde cómo nos comunicamos hasta cómo consumimos la información. La era digital ha alimentado esta cultura, donde esperar unos segundos a que se cargue una página web puede parecer una eternidad o donde leer un post con una longitud media como este puede parecer una pérdida de tiempo.

La necesidad de respuestas y soluciones inmediatas se ha arraigado en nuestra sociedad, haciendo que la impaciencia sea una fuerza dominante a la hora de conformar nuestras interacciones y procesos de toma de decisiones.

La comodidad de la tecnología ha redefinido el concepto de espera y nuestras expectativas.  El auge de los servicios a la carta y de los canales de comunicación instantánea ha creado una sensación de urgencia en nuestra vida cotidiana, donde las respuestas demoradas a menudo se consideran inaceptables.

Esta cultura no sólo afecta a nuestras interacciones personales, sino que también se extiende a nuestra vida profesional, donde la presión por obtener resultados rápidos puede provocar agotamiento y estrés.

Esta conectividad constante y disponibilidad de la información han cultivado una sociedad que valora la rapidez y la eficacia por encima de todo y como consecuencia se ha difuminado la línea divisoria entre las interacciones virtuales y las del mundo real, lo que ha dado lugar a una mayor sensación de urgencia en la vida cotidiana.

Consecuencias de la impaciencia

Las raíces de la impaciencia son profundas y dan forma a los comportamientos y actitudes de los individuos y como podemos comenzar a intuir esta actitud tiene unas consecuencias a corto, medio y largo plazo para el individuo y la sociedad. Te hablaré de dos consecuencias importantes:

Falta de resistencia ante los retos a largo plazo

Retomo uno de los ejemplos del principio. Imagínate que te has propuesto adelgazar y comienzas con unas cifras estupendas. Por lo general suele ser así (aunque cada uno somos un mundo) y de repente eso empieza a reducir el ritmo ¿qué suele ocurrir? Que entramos en un círculo negativo de impaciencia/ frustración dejando nuestro empeño de ir a por nuestro objetivo y volviendo si cabe con mayor virulencia a comer insano.

Por tanto, vemos como esta impaciencia surge en proyectos de medio y largo plazo cuando nuestros resultados deseados se demoran, dando paso a la frustración y esa frustración, a su vez, alimenta la impaciencia al generar una sensación de insatisfacción y descontento terminando por abandonar nuestros objetivos.

Este círculo negativo socava nuestra capacidad de enfrentarnos a desafíos de largo plazo con determinación.

Abordar esta interconexión implica no solo cultivar la paciencia, sino también desarrollar estrategias para gestionar la frustración y mantener una perspectiva equilibrada, reconociendo que los logros significativos a menudo requieren tiempo y esfuerzo sostenido.

Estrés y salud mental

Cuando la mente está ansiosa por obtener respuestas rápidas, se ve sometida a una presión constante. Este estrés, a su vez, puede tener un impacto significativo en la salud mental, contribuyendo a la ansiedad, la irritabilidad y, en casos más severos, a condiciones como la depresión. La falta de resistencia ante retos a largo plazo crea un entorno propicio para la carga emocional.

Cómo cultivar la paciencia

Ahora que ya sabemos parte de la teoría vayamos con lo importante ¿qué podemos hacer en la práctica para cultivar la paciencia?

Auto-regulación emocional

Nada más importante para nuestro bienestar que sabernos gestionar y las emociones son uno de los grandes temas a trabajar.

Las emociones tienen un papel fundamental en nuestra vida y es que nos impulsan a la acción, contribuyendo a la adaptación, la toma de decisiones, la comunicación y la supervivencia.

Pero lógicamente tenemos que saber poner un filtro para gestionar de una manera adecuada y consciente esas emociones impulsivas.

Podemos poner en marcha estrategias comenzando con un diagnóstico de la situación:

  • reconocer la emoción que nos está surgiendo ante esa situación de impulsividad y reconocerla, significa saber expresarlo en palabras.
  • y también qué ha desencadenado esa acción.

Este diagnóstico te sirve para evaluar con más claridad tu impulso, pero también para cortar el automatismo de la reacción.

Ahora ya tienes un espacio mental para poder buscar cuál quieres que sea tu acción ante ese estímulo, pero de una manera más “sopesada”.

Con la práctica irás creando una base sólida para enfrentar retos a largo plazo con tranquilidad.

Centrarse en el proceso, no sólo en los resultados

Cultivar la paciencia implica cambiar el enfoque desde la búsqueda inmediata de resultados hacia la apreciación del proceso. Concentrarse en cada paso del camino, reconocer los logros intermedios y aprender de los desafíos contribuye a desarrollar una perspectiva más equilibrada.

Además, por lo general, los resultados son “incontrolables” y lo que sí puedo controlar es mi actitud, lo que hago o dejo de hacer. Si yo me enfoco en que el 90% de mis comidas serán saludables, estaré controlando mi objetivo independientemente de mis resultados y eso me dará motivación y ánimo para seguir mi camino.

Sin embargo, si mi objetivo es llegar a perder 15 kilos, puedo sentir la frustración rápidamente ya que no depende de mí el resultado.

El enfoque en el proceso no solo fomenta la paciencia, sino que también nutre la resistencia ante retos prolongados, al permitir que la mente valore cada etapa como parte esencial del crecimiento y la consecución de metas a largo plazo.

Ayuno digital

Ya hemos visto durante todo este artículo cómo influyen las redes sociales en la impaciencia. Seguramente habrá mucha parte del mundo digital que necesites por tu trabajo, como el correo electrónico, alguna red social, la mensajería. Pero tal vez puedas plantearte el prescindir durante un tiempo de algunas redes digitales más personales. Si no sabes cómo hacerlo nosotros te proponemos un camino guiado con un reto de 21 días de minimalismo digital.

Desconectarse temporalmente de dispositivos electrónicos y redes sociales no solo proporciona un respiro para la mente, sino que también reduce la exposición constante a estímulos que alimentan la urgencia y la ansiedad. Este periodo de desconexión digital no solo fomenta la paciencia, sino que también promueve una conexión mayor con la vida y, permite reconectar a las personas.

El último libro que me he leído es de @ruberturienzo, se llama Anti crisis y aborda el estudio de las empresas centenarias, esas que han sobrevivido a todas las crisis. Del libro me quedo con muchas reflexiones, pero aquí pondré dos que creo que nos ayudan a tener otro punto de vista en la mejora de la inmediatez:

  • En este mundo estamos “de prestado” por tanto enfoca tus decisiones a dejar un mundo en mejores condiciones de cómo te lo encontraste. Toma decisiones enfocadas en el largo plazo.
  • Aplica la templanza en tus decisiones y seguro que se abrirán nuevas perspectivas.

En este sentido y desde mi punto de vista, como adultos nos toca dar ejemplo a nuestros jóvenes y eso pasa por ser los primeros en retomar el camino, en no dejarnos llevar por el tsunami de las modas o lo que “hay o toca” en ese momento. Replantearnos más allá de lo que sucederá mañana.

Sara Amores - Autor
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Sara Amores

Coach Ejecutiva por la UAH, Health Coach por IIN e Instructora MBMAC

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