La sal o cloruro sódico (ClNa) está compuesta aproximadamente de un 40% de sodio y un 60% de cloro. La sal, es la mayor fuente de sodio de nuestra dieta (> 90%).
Se conoce la sal marina, la sal terrestre, la sal vegetal…dependiendo de si procede del mar, la montaña (la famosa sal del Himalaya) o de los vegetales, aunque la distinción más importante es la de sal refinada o sin refinar. Siendo esta última la completa y a la que no se ha sometido a procesos químicos que pueden comprometer nuestra salud.
El potasio es la pareja de baile de la sal. La sal junto con el potasio son los electrolitos principales que requiere nuestro cuerpo de manera equilibrada para mantener la homeostasis de fluidos en las células y por tanto una presión adecuada, manteniendo nuestro organismo hidratado y permitiendo a nuestro sistema nervioso transmitir impulsos al cerebro. Mientras que el sodio está fuera de la célula, el potasio está dentro y para que todo funcione se necesita su presencia combinada de manera proporcionada. Necesitamos ambos. Necesitamos sal y necesitamos potasio.
El potasio se encuentra en casi todos los alimentos pero antiguamente no ocurría así con el sodio.
El problema está en que en los últimos tiempos el consumo de sal se ha incrementado de manera exponencial al igual que lo han hecho los alimentos ultraprocesados siendo estos el 72% del consumo de sodio habitual frente al 8% presente de manera natural en los alimentos
La percepción y aprendizaje de lo salado se “educa” con el tiempo en función de lo que acostumbremos a nuestras papilas gustativas a su sabor y los alimentos ultraprocesados solo han hecho estimularlo.
Ante este desequilibrio nuestro cuerpo reacciona: de manera inmediata lo hace con el sudor y la orina para tratar de eliminar excesos, y además somete a mayor presión a las arterias (hipertensión arterial) y retiene líquidos para diluir el exceso de sal en la sangre, llega a producir cálculos renales porque tanta sal dificulta la labor de filtrado de los riñones , se generan tumores en el estómago al irritarlo y tanta sal provoca más sed y ansias de azúcar lo que promueve el consumo de más dulces, bollería y bebidas azucaradas y por tanto sobrepeso y la obesidad.
Todo esto hace que La Organización Mundial de la Salud (OMS) intervenga y establece en 5g al día la recomendación de consumo de sal en total en la población en general. Esto es lo que contiene una cucharadita de café, cuando según la AESAN es aproximadamente el doble lo que consumimos por ejemplo en España. Y ya hemos visto que el 72% del consumo está oculto en todos lo empaquetados ultraprocesados. Vamos, que medir la cucharadita se presenta complicado.
Take away Gooder
Desde Gooder nuestro Programa 5 retos promueve un consumo equilibrado de sal y aquí te adelantamos las claves para lograrlo:
- Toma Comida Real, sin procesar, en la mayoría de los casos. Evita en lo posible la comida en paquete que añade sal para conservar y dar más sabor a los preparados.
- Bebe agua, normalmente estamos algo deshidratados y esto perjudica el equilibrio de las sales minerales en nuestro cuerpo
- Lee con atención las etiquetas de los alimentos en paquete del supermercado y sobre todo fíjate en la lista de ingredientes y si aparece la sal como añadido.
- Introdúcete en el mundo de las especias: clavo, pimienta, orégano, tomillo, nuez moscada
- Experimenta con nuevas y divertidas recetas mezclando colores y sabores
Nuestro Programa 5 Retos Gooder incluye las 5 propuestas…¿te ayudamos?