Entendiendo el perfeccionismo y cómo ponerlo a tu favor
Sí quieres escuchar este artículo puedes hacerlo en nuestro podcast El arte de ser Salud-hable
En demasiadas ocasiones acompaño a personas a realizar cambios de hábitos y me encuentro de cara con la influencia que tienen en ellos el perfeccionismo.
Y es que el perfeccionismo se convierte en muchos casos en un obstáculo para nuestro bienestar.
Pero esto es generalizar demasiado. Entendamos primero algo más este concepto ya que no sólo lo podemos gestionar con un sesgo negativo.
Cuando hablamos de perfeccionismo, nos referimos a la búsqueda constante de la perfección en aspectos de la vida. ¿En todos? Pues depende. Tenemos diferentes ámbitos en los que podemos estar buscando esa perfección y te invito a que comiences ya a reflexionar sobre si en alguno de ellos crees que tienes una personalidad perfeccionista calificando del 1 al 10 tu nivel de exigencia ¿vamos?
Bien, pues ahora ya sabes dónde tienes tus puntos de exigencia, pero demos un paso más ya que el perfeccionismo puede ser adaptativo, es decir el que nos ayuda a mejorar o no adaptativo, el que nos genera estrés y malestar y poca mejora.
¿Cómo sé en cuál estoy?
Qué tipo de perfeccionismo adoptas
Perfeccionismo Adaptativo: En este enfoque, las personas establecen altos estándares, pero lo hacen de manera realista y con una actitud flexible.
Veamos con estas 5 preguntas si es este tu perfeccionismo.
- ¿Crees que tus metas son exigentes pero realistas?
- Cuando cometes un error, después del primer calentón ¿lo llegas a ver como una oportunidad de aprendizaje?
- ¿Sacas conclusiones y estas te motivan a mejorar sin sentir estrés o ansiedad?
- Si las circunstancias que se dan cambian ¿eres capaz de ser flexible sin sentirte mal?
- ¿Eres capaz de adaptarte y hacerlo lo mejor posible con los recursos que tienes y te sientes bien?
Si la mayoría de las respuestas han sido un sí, enhorabuena porque trabajas con altos estándares, pero a tu favor, remando con tu bienestar emocional.
Perfeccionismo Maladaptativo: y como ya te adelantábamos hay otro tipo de perfeccionismo que no nos ayuda en mucho, el perfeccionismo maladaptativo que se asocia con estándares inalcanzables, autocrítica excesiva y una necesidad constante de aprobación.
Veamos otras preguntas
- ¿Mis objetivos o estándares son inalcanzables?
- ¿Siento ansiedad o estrés constante?
- ¿Soy altamente autocrítico y me castigo duramente por no cumplir con mis estándares?
- ¿Siento tocada mi autoestima cuando no logro esta perfección?
- ¿Evito situaciones que impliquen la posibilidad de cometer errores, incluso si son oportunidades para crecer?
Creo que ahora podemos ver claramente la diferencia entre un perfeccionismo bien entendido y otro que sólo nos perjudica.
Cuando el perfeccionismo nos aleja de nuestros objetivos
Bueno, ahora vamos al meollo de la cuestión y cómo dentro de un proceso de cambio es fundamental ayudar a las personas a identificar su relación con el perfeccionismo y a adoptar un enfoque equilibrado y realista hacia sus objetivos.
Y te lo voy a poner con un ejemplo en vivo y en directo.
En esta conversación que tengo con una participante de mi programa su lenguaje está cargado de perfeccionismo, de ver el vaso medio vacío después de muchos cambios buenos que ha ido realizando. De un pensamiento binario 1 o 0.
Ella misma se hace consciente de ello y reencuadra su lenguaje. Este ejercicio que hace es importantísimo. Es verdad que no es algo que salga en automático y más cuando la cabra tira al monte, por eso esto es práctica, práctica y más práctica.
Cuando se trata de cuidar nuestra salud, el perfeccionismo puede ser un obstáculo. La necesidad de establecer estándares extremadamente altos en la dieta y el ejercicio puede llevar a altos niveles de estrés y ansiedad. Los errores y desviaciones pueden generar autocrítica y llevarnos a que un día digamos (y pido disculpas de antemano por la expresión 🤭)…. “a la mierda con esto de cuidarme”.
Y alcanzamos justo lo que no queremos alcanzar, abandono, frustración, desgaste…
Cómo poner el perfeccionismo a nuestro favor
Desde mi experiencia y tras ayudar a muchas personas a un cambio de hábitos lo que más nos ayuda es buscar ese pensamiento no binario ¿y cómo hago esto?, veamos una pautas:
- poner cuidado en lograr un equilibrio que haga que nuestra actitud sea sostenible.
- reconocer nuestros avances y logros por pequeños que nos parezcan.
- tomar las mejores decisiones en cada momento, no las perfectas.
- poner el foco en el proceso y no en el objetivo
- y ser positivos, ver el vaso medio lleno te mantiene motivado.
Está bien tener referentes ya sea personas inspiradoras para nuestra mejora, nuestros padres.. pero no olvides que somos únicos por lo que te aconsejo que encuentres tu equilibrio, el que a ti te favorezca, el que te ayude a sentirte mejor.
Y si eres de los que eres perfeccionista por la opinión que crees que tienen los demás ten por seguro que probablemente estés magnificando lo que van a pensar de ti filtrado por tu propio pensamiento de ti mismo.
Sara Amores
Coach Ejecutiva por la UAH, Health Coach por IIN e Instructora MBMAC