Alimentación consciente | Aceptación del cuerpo
Nuestra meta es incorporar hábitos de vida saludables que lleguemos a interiorizar y hacerlos nuestros para siempre. Con estos hábitos y como consecuencia de haberlos interiorizado conseguiremos ese peso ideal, y lo habremos trabajado en un entorno saludable que nos permitirá un equilibrio vital y sentirnos a gusto con nosotros. Pero hay un paso muy importante que tenemos que trabajar incluso antes de haber logrado ese estadio y consiste en la aceptación de cómo somos y de cómo es nuestro cuerpo.
La aceptación de nuestro cuerpo tal y como estés, no significa que te estés rindiendo, que ya no haya nada que hacer, que nunca vayas además a tener el éxito , reconocimiento, confianza que erróneamente asociamos a conseguir una “imagen corporal ideal” basada en los cánones impuestos por la sociedad. Es la cultura de la dieta occidental la que nos ha vendido que hay que encajar en estereotipos basados en la talla, los kilos, la piel extremadamente tersa que no corresponde a nuestra edad, las melenas consistentes de cuando teníamos quince años para con eso conseguir el éxito, la felicidad, incluso la salud aunque la mayoría de las veces se consiga justo lo contrario.
El sector de la publicidad y la comunicación social ,de la mano de la Fundación Imagen y Autoestima, ya en 2010 , haciéndose eco y “responsable” en parte de esta situación lanza un “Decálogo de buenas prácticas sobre el fomento de la autoestima y la imagen corporal” con la intención de controlar y dominar esa presión social y mediática para favorecer la salud física y psíquica de la población y prevenir en un extremo el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria relacionadas con el peso en una búsqueda de un ideal de belleza irreal e inalcanzable.
Ese malestar con nosotros mismos puede deberse en ocasiones incluso a que en nuestra cabeza lleguemos a tener una imagen de nuestro cuerpo distinta a que presenta en la realidad. Hay una práctica impactante que consiste en sobre un papel en blanco más grande que tu altura y tu anchura, dibujar en el suelo la figura que tú crees es la tuya. Te sorprenderías cuando después te colocas realmente tumbado en el suelo y le pides a otra persona que perfile tu silueta real en el papel. Muy muy pocas veces el perfil real y el que imaginas coinciden. Ni de lejos.
Como nos percibimos va a incidir directamente en nuestra autoestima, en cómo en base a ella tomemos o no decisiones, en que seamos asertivos cuando nos comuniquemos, escuchemos a terceros y no desde el miedo de no ser aceptados, llevemos adelante nuestros proyectos, manifestemos nuestro amor a los que queremos y disfrutemos de cada momento en la vida. Eres perfecto ahora mismo con tu cuerpo tal y como es ahora en este momento. Con los cambios que ha sufrido por toda la vida que ya ha vivido o incluso con las formas
con las que ha nacido. Con sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Se merece tratarlo con respeto, dignidad, cariño y amabilidad, sin una exigencia imperiosa de querer cambiarlo. Cuidando lo que nos decimos, con cómo nos hablamos, con nuestros pensamientos negativos . Aun cuando sea el cuerpo que a ti no te gusta. Y a partir de ahí por supuesto vamos a mejorarlo. A nutrirlo con lo que comemos, con el ejercicio, con nuestras relaciones personales , con nuestro trabajo, con cómo descansamos, agradeciendo lo que ya tenemos, y escuchándolo con atención para colmar sus necesidades reales, las suyas, no las que un tercero nos ha impuesto. Y todo esto sin tratar de cambiarlo. De esto trata la aceptación.
Aceptarte es:
- No calificarte como bueno o malo
- Escucharte, a ti, indagando en lo que verdaderamente necesitas
- Sonreírte con cariño
- Agradecer cómo eres y para qué ya te ha servido el cuerpo que tienes y con el que desde siempre has convivido
- Cuidarte con comida, saludable, ejercicio, descanso reparador y manteniendo relaciones personales que te enriquezcan y te hagan aún mejor
- Saber decir NO a los cánones impuestos por otros
- Valorarte por más de lo que aporta la imagen
- Entender la diversidad corporal y respetarla como un hecho y una riqueza
- Potenciar lo que vales más allá de la apariencia física
- Buscar lo positivo en lo que ya tienes,
- Dedicarte pensamientos y palabras evitándolas en negativo
- Disfrutar de la vida que has comenzado
Ejercicios prácticos para la aceptación
- Exposición en el espejo: Aprende a mirarte, con ropa, sin ella. Escucha lo que te dices , la objetividad o no de tus pensamientos y reflexiona acerca de qué te ha podido llevar a ellos. Sin hacerte daño.
- Coloca una cartulina en el suelo y dibuja a tamaño real la que consideras es tu silueta. Túmbate luego, de verdad, y que alguien de tu confianza perfile la que es realmente “tú silueta”, ¿coincide? ¿en su totalidad, en alguna parte, en cuál no?
- Recoge fotografías que te permitan observar tu evolución corporal a lo largo de los años y repasa lo que sucedía en cada momento, con qué emociones vivías.
- Haz un repaso de lo que más valoras de ti.
- Repasa lo que te hace disfrutar cada día y cuánto peso tiene en el total del día. ¿Le das el peso suficiente? ¿Cuánto quieres comprometerte a hacerle más hueco, el que se merece?
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